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Somos una empresa nacional de alta tecnología. En la actualidad, hay muchos tipos de telas tejidas por nosotros mismos y procesadas cooperativamente, incluyendo telas de microfibra tejidas por urdimbre, telas tejidas por trama, vellón de coral, etc.

¿Cuáles son los errores comunes que se deben evitar al usar o lavar toallas de microfibra para garantizar que mantengan sus propiedades de limpieza?

Los suavizantes de telas están diseñados para cubrir las telas con una fina capa de productos químicos, haciéndolas sentir más suaves. Cuando se usan en toallas de microfibra, estos productos químicos recubren las fibras, lo que puede obstruirlas y reducir su capacidad para absorber humedad, suciedad y aceites. Con el tiempo, esta capa de suavizante también puede hacer que las toallas de microfibra se vuelvan rígidas y menos efectivas para la limpieza.

toallas de microfibra están diseñados para atraer la suciedad y absorber la humedad debido a sus finas fibras. Cuando se lavan con otras telas, especialmente aquellas que sueltan pelusa, como toallas o ropa de algodón, las toallas de microfibra pueden contaminarse con pelusa o fibras que bloquean su eficacia de limpieza. La pelusa también puede provocar que las fibras de la toalla se obstruyan, reduciendo su eficacia para capturar el polvo y la suciedad. Lave siempre las toallas de microfibra por separado o con otros artículos de microfibra para evitar la contaminación. Lavarlos solo asegura que conserven sus propiedades limpiadoras y no acumulen fibras no deseadas de otros tejidos.

El calor intenso, ya sea de una secadora o de una plancha, puede dañar las delicadas fibras de las toallas de microfibra. El calor excesivo hace que las fibras se vuelvan quebradizas, lo que provoca roturas y una eficacia reducida para absorber líquidos y atrapar la suciedad. Las altas temperaturas pueden hacer que las fibras pierdan su suavidad, volviéndolas ásperas y menos capaces de funcionar con eficacia. Para preservar la integridad de las fibras, utilice una temperatura baja o media al secar toallas de microfibra. El secado al aire es una opción más segura, pero es importante asegurarse de que las toallas estén completamente secas antes de guardarlas para evitar problemas relacionados con la humedad, como el crecimiento de moho.

La lejía y los productos químicos agresivos pueden causar daños graves a las toallas de microfibra al descomponer sus fibras, lo que puede comprometer su resistencia, absorbencia y capacidad de limpieza. Estos productos químicos también reducen la eficacia de la toalla al degradar los materiales sintéticos, lo que en última instancia puede acortar su vida útil. Evite el uso de lejía o cualquier otro producto químico agresivo en el proceso de lavado. Opte por un detergente suave sin cloro diseñado específicamente para telas delicadas o sintéticas. Esto ayudará a preservar la estructura de la microfibra y garantizará que la toalla siga funcionando de manera óptima.

El uso excesivo de detergente puede provocar la acumulación de residuos de jabón en las fibras de las toallas de microfibra. Este residuo de jabón puede dejar las toallas con una sensación grasosa o rígida, lo que afecta su capacidad para limpiar eficazmente. El uso excesivo de detergente también puede provocar que las fibras de microfibra se obstruyan, reduciendo su capacidad para absorber líquidos y capturar la suciedad. Utilice siempre la cantidad recomendada de detergente (normalmente una pequeña cantidad) y asegúrese de que sea un detergente suave adecuado para microfibras. Usar demasiado detergente también puede provocar ciclos de enjuague más largos, desperdiciando agua y energía. Al utilizar la cantidad adecuada de detergente, evitarás la acumulación y mantendrás la suavidad y la eficacia de limpieza de la toalla.

Las toallas de microfibra están compuestas de finas fibras sintéticas que son delicadas y se deforman fácilmente cuando se someten a una fuerza excesiva. Escurrir o retorcer las toallas de microfibra para eliminar el exceso de humedad puede dañar las fibras, provocando que pierdan su forma y eficacia. Esto puede resultar en una reducción de su capacidad para absorber líquidos y una vida útil más corta. En lugar de escurrirla o retorcerla, presione suavemente la toalla para eliminar el exceso de agua o déjela secar al aire. Si usa una secadora, es mejor usar una temperatura baja, ya que las altas temperaturas también pueden degradar las fibras de la toalla. Un manejo suave ayudará a preservar la integridad de la microfibra y a mantener su poder de limpieza.